Las descargas de aguas residuales son controladas por el Ministerio del Ambiente
Quito, 07 de marzo de 2017
Las descargas de aguas residuales, provenientes de proyectos, obras o actividades son una preocupación constante para la Autoridad Ambiental por la afectación que pueden generar, especialmente en los mares, ríos, lagos, lagunas y esteros, pues los compuestos tóxicos que llegan a los cuerpos de agua tienen efectos nocivos en la flora y la fauna.
Esa preocupación llevó al Ministerio del Ambiente a intensificar los operativos de control, a través de técnicos especialistas de las direcciones provinciales del Ambiente. Ellos realizan estos trabajos amparándose en el Art. 259 del Acuerdo Ministerial No. 061 que señala que los proyectos, obras o actividades podrán ser inspeccionados en cualquier momento, en cualquier horario y sin necesidad de notificación previa, por parte de la Autoridad Ambiental Competente.
Entre enero y febrero del 2017, el Ministerio del Ambiente ha realizado 450 inspecciones a nivel nacional. Cabe recordar que los proyectos, obras o actividades deben contar con una licencia ambiental y lo que hacen los técnicos del MAE es verificar que las descargas provienen de actividades regularizadas y que cuentan con permisos ambientales vigentes. Además verifican que los compuestos de las descargas no superan el límite permitido de sustancias potencialmente nocivas.
Más de 450 inspecciones de control de descargas en cuerpos de agua se han realizado a nivel nacional en los dos primeros meses del 2017.
Para los casos de descargas que no cuentan con autorización ambiental, el MAE tiene la potestad de tomar varias medidas, como: suspender la descarga, solicitar la regularización ambiental o tomar acciones legales en contra de los responsables, de acuerdo a la normativa vigente.
Las descargas en cuerpos hídricos pueden realizarse siempre que hayan pasado por un tratamiento previo, de tal manera que los agentes nocivos presentes en las aguas residuales hayan sido removidos.
Una de las técnicas usadas es el tratamiento físico-químico, el cual busca reducir la materia suspendida por medio de precipitación, sedimentación o tratamiento biológico, el cual se emplea para eliminar la contaminación orgánica disuelta.
Pero no solo las actividades productivas emiten descargas nocivas al ambiente. De hecho, en Ecuador el mayor foco de contaminación de los cuerpos de agua lo constituyen las descargas domésticas de viviendas ubicadas en zonas de aglomeración urbana, exentas de sistemas de alcantarillado y plantas de tratamiento.
En caso de incumplimientos, la normativa ambiental contempla la presentación de un plan de acción para subsanar las afectaciones, pero también incluye sanciones administrativas y económicas de hasta 200 Remuneraciones Básicas Unificadas (RBU). Dependiendo del nivel y del tiempo de incumplimiento la Autoridad Ambiental puede suspender la actividad específica o retirar el permiso ambiental otorgado hasta el pago de la multa o la reparación ambiental correspondiente, sin prejuicio de las acciones penales contempladas en el Código Orgánico Integral Penal (COIP).
Durante el 2016 y lo que va del 2017, el Ministerio del Ambiente abrió 70 procesos administrativos por descargas de aguas residuales en fuentes de agua.
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Ministerio del Ambiente