Dos osos de anteojos volvieron a su hábitat

Quito, 11 de noviembre del 2015
- Ambos animales fueron rescatados en el 2013 en distintas circunstancias. Tras un largo proceso de rehabilitación cumplieron las condiciones de comportamiento necesarias para su liberación.
- El Ministerio del Ambiente, junto a instituciones aliadas, vigilará su reinserción a través del monitoreo de sus movimientos en espacio abierto.
Yumbo y Ukumari, son los nombres de los especímenes que volvieron a su hábitat natural. El primero fue liberado el pasado lunes al noroccidente de Quito y el segundo hace un mes en el Parque Nacional Llanganates. Funcionarios del Ministerio del Ambiente, junto a representantes de Instituciones que colaboraron en el proceso de preparación para el medio silvestre de los osos, participaron de la actividad.
La historia de los dos especímenes es realmente conmovedora. Yumbo fue abandonado por su madre en abril del 2013. Lo encontraron trabajadores de una organización comunitaria. El osezno, de apenas tres meses de edad, lloraba cerca de una plantación de banano y café.
Santiago Molina, ecólogo de la Universidad San Francisco de Quito e investigador de esta especie en Quito, fue convocado por la comunidad para asistir al pequeño y desde entonces acompañó su desarrollo. El experto recuerda que el animal tenía moscas en su pelaje cuando fue rescatado. “Dicha condición fue determinante para concluir que realmente estaba abandonado, los insectos evidenciaban que más de un día estuvo solo. A veces las hembras se apartan de sus crías por buscar comida pero este no fue el caso”, explicó.
Ukumari fue rescatado a las orillas de un río del Cantón Sigchos, también en el año 2013. Se presume que habitantes de la zona lo encontraron con muestras de deterioro en su salud e intentando ayudarlo suministraron fármacos de consumo humano. Producto del tratamiento, el oso casi pierde su vida, los medicamentos no lograron sino intoxicarlo.
El Ministerio del Ambiente intervino y trasladó al animal a un Centro Veterinario calificado. Lucía Luge, funcionaria del MAE, explica que la Cartera de Estado tiene alianzas con Entidades particulares especialistas en fauna silvestre.
“Colaboran cuando hay emergencias y rescates de cualquier especie. Nos ayudan con cirugías, rehabilitación y tratamientos emergentes. En este tipo de casos, se forman grupos multidisciplinarios para el trabajo con los animales rescatados, para que después de todo un proceso puedan ser liberados”, sostuvo Luge.
Tras superar la etapa crítica en el caso de Ukumari, y ya en etapa juvenil Yumbo, compartieron estancia en el Centro de Rescate Ilitío. Sebastián Khon, miembro del Centro, indica que la interacción de ambos osos fue realmente positiva. “Juntos desarrollaron el temor necesario a las personas. Su primera reacción al ver a alguien era huir y subirse al árbol más grande que tenían en el encierro de rehabilitación”.
Retornar a su hábitat a estos dos osos es el resultado del trabajo conjunto entre el Estado y la ciudadanía. El país toma acciones concretas y evidencia su compromiso por conservar su fauna, especialmente de las especies sensibles de extinción.
La situación del oso andino u oso de anteojos (Tremarctos Ornatus) es crítica. Se estima que su número se ha reducido en por lo menos un 20% en la última generación, a consecuencia de la pérdida de su hábitat y la presión por cacería. Según el Libro Rojo de mamíferos del país, su población no supera los 2 500 individuos adultos.
Paúl Aulestia, funcionario del Ministerio del Ambiente, manifiesta que todo el equipo se siente muy satisfecho del trabajo realizado. “El camino recorrido para que Yumbo y Ukumari vuelvan a su hogar, ha requerido del esfuerzo y compromiso de todos. Es un logro liberarlos. Posteriormente los monitorearemos; nuestra labor aún no concluye”.
Dirección de Comunicación
Ministerio del Ambiente