Carta de agradecimiento de Marcela Aguiñaga

Estimados compañeros:
Luego de cinco años al frente del Ministerio del Ambiente, se me estremece el corazón al tener que cerrar un capítulo que deja huellas en mi vida. Sin embargo, una nueva etapa en la que puedo seguir sirviendo a mi País está por venir y estoy lista para asumir ese nuevo reto.
Cinco años han pasado y esos días de servicio, están llenos de anécdotas y experiencias imborrables.
Fueron Ustedes, mi equipo, quienes con sus ideas canalizaron las mías. Dicen que para que las cosas salgan bien, hay que rodearse de gente valiosa, y yo lo hice, los resultados están a la vista y los logros han sido innumerables.
El hoy y el ayer son un termómetro y Ustedes pueden palpar en lo que se ha convertido el Ministerio del Ambiente, así que siéntase orgullosos, porque todo lo hecho es su trabajo.
Siempre he dicho que no es sencillo trabajar para el ambiente, porque no se entregan casas, hospitales, escuelas o carreteras, pero saber que lo que hacemos es para salvar al planeta, es mucho más reconfortante, aunque no saque aplausos desmedidos.
Me voy tranquila, porque se que el Ministerio del Ambiente deja sentadas buenas bases para seguir con el trabajo y serán ustedes quienes tomen la posta de esta difícil, pero hermosa causa.
Creo que todos jugamos un papel importante y en una institución lograr que se asimile que la igualdad no tiene miramientos, es difícil, pero en el Ministerio del Ambiente lo logramos. Aquí no hay cargo pequeño ni grande, pues estamos conscientes que este barco se empuja mientras más manos lo ayuden a moverse.
En cinco años dentro de las paredes del Ministerio, he hecho grandes amigos, aquellos con los que compartía la responsabilidad del trabajo diario. Nunca los olvidaré. Gracias por su apoyo incondicional.
Mi gratitud eterna.